miércoles, 24 de febrero de 2010

Ahora se están cumpliendo cinco meses de que salimos de la Argentina.

Y yo ayer volví a entrar.

Ya en Foz me tomé un colectivo argentino y se empezaron a ver las cosas que volvían, después de mucho mucho tiempo.

Las patentes.

El bondi mismo.

El castellano.

Una mujer bizarra que lo primero que hizo cuando me subí al bondi con el que cruzaríamos la frontera fue preguntarme señalando el trombón: ¿es un charango?
Está difícil la señora.
Y después me preguntó cuánto salía un charango en Bolivia. Yo le digo que no se, que hay de todos los precios. Y me dice, bueno, el más barato... Cien peso le dije, se quedó chocha con la información.

Después me invitó a dormir a un local que tiene, quizás te podés tirar ahí.

Muy extraña la señora. Con muy buena onda pero muy, muy a su manera.

La cuestión es que la frontera la cruzamos con el bondi, directamente y ahí empezaron a llegar muchas cosas más que no veía hace mucho y que extrañaba mucho.

Mucha gente tomando mate o tereré, marcas diversas. Una de las primeras cosas que hice cuando llegué fue comerme unas pepas. Muy bueeeno.

Fue mucho mucho tiempo. Muy fuerte la vuelta. Con muchas ganas. Y me impresionó como extrañaba muchas pequeñeces.

Muy lindo que ya comience la vuelta. Cuán parte que es! Básica. Fundamental.

Estoy contento.

Y las cataratas un capítulo aparte. La verdad que me encantaron, me emocionaron, me reuraerruurururur. Muy mucho todo mucho. Enorme, mucho. Muy lindo.
La natureza es increíble. Mismo.