sábado, 30 de enero de 2010

marañones

Camino por la ciudad. Sábado por la mañana.

Es un paseo sin rumbo, meciéndome entre calles, pasajes, esquinas. Un deleite en los detalles, las pequeñas cosas.

Una casa en cuya galería de entrada se ha forado una pequeña jungla. Algunas rosas se escaparon y se marchitan, de a poco, en la vereda.

Una ventana donde se asoma una mujer. Como si estuviera enfrente de la tabaquería de Álvaro de Campos.

Un tendal hecho en plena vereda, en zig zag. Aprovechando el sol que dentro de la casa no debe entrar.

Una mujer cortando y limpiando el pescado, sobre los adoquines de una calle poco transitada. Vestida con harapos, pelo ensortijado, mirada un poco perdida, cuando paso.

Una mujer vieja, negra y linda que me dice "Bom día" cuando nos cruzamos. Le respondo lo mismo. Sonrío.

Los azulejos de colores, que quedaron de otras épocas de bonanza. Ahora, respiran en las paredes que la humedad fue desarmando, y los árboles y enredaderas fueron abriendo.

Una pared derruida y despintada, con una leyenda vieja que pide "não coloque lixo", en letras mayúsculas inmensas.

Un hippie ya canoso que, tras acomodar su paño en una sombra, en la vereda, se peina mirándose en un espejo portátil.

Prefiero caminar por un sector de la ciudad vieja, cerca del piente. Unas callejuelas que están como atrapadas entre el centro y el mar. No son rectas, ni ordenadas. Es fácil perderse. Y están repletas de colores.

Creo sentir el olor del mar. Tal vez no son más que mis ganas.

Cuando llego a una plaza, me siento. Y, si tengo suerte, llega la brisa, fresca y musical. Bailan las ramas y las hojas del árbol bajo el cual, sentado, escribo.

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Lluvia

llueve sobre la arena,
las palmeras, el techo de hojas.

el cielo está blanco
y se estira en las dunas.

se mece, con el repiqueteo
de las gotas, el canto
repetido de un estribillo
en la voz de una mujer.


Aroma

con la lluvia parpadeando
el aroma del sahumerio
se hizo alfombra.

vuelan los colores.


Arena

vista desde cierto ángulo,
desde cierto lugar, la arena
en las dunas,
dibuja el camino
del vientre a los muslos
de una mujer acostada

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