martes, 19 de enero de 2010

Sangundangas

11/01/10
Estuve pensando mucho estos días.

El barco es una experiencia muy fuerte.

Estás ahí. Sale y sabés que hasta que llega no podés ir a ningún otro lugar.
Y no son horas. Va... son muchas horas, 2 días y medio. Y ahorita se viene uno más largo para el que ya tenemos el pasaje.

Parece una boludez eso pero posta que genera algo muy especial. Y más cuando hay tantas cosas tan intensas en el barco.


El paisaje es muy increíble. Muy muy hermoso, en todo momento, realmente es un bálsamo, un cuadro del mejor pintor, una casa que invita a bajar a cada pasito que da el barco y que dan unas ganas de bajarse y de quedarse ahí y subirse hacer unos metros y volver a bajarse, tirarse al agua, y que cuando volvés a subir sea un velero en el que vas al ritmo que querés, sólo con el sonido de la naturaleza que pasa, solo con la naturaleza empujando y acompañando. Y me pasa eso porque por momentos el barco es muy hostil. Bueno, no sólo por eso supongo, pero realmente es muy hostil.
Hay música muy muy fuerte unas 15 horas al día y a veces un poco más.
A mi ya me lo habían dicho, no tan claramente quizás pero ya me lo habían contado así como yo ahora lo cuento. Y cuando te lo cuentan no te lo imaginás. Porque es imposible. Uno piensa que es una exageración, que no te va a molestar tanto.
Y cuando lo vivís no lo podés creer. Realmente no te entra en la cabeza, a mi al menos no me entra en la cabeza ni por casualidad, no hay forma de pensar que alguien decide poner todo el tiempo la misma música durante 15 horas!!!! y a un volumen que lastima. No puede ser, y uno se dice, no, en un rato la van a apagar, aunque sea un rato. Y no, y al otro día no cambia, es muy increíble.

Y estás ahí, buscando un lugar cómodo, buscándote en ese pequeñito pueblo que viaja, todo junto y empezás a ver personas que están muy muy mal y que tampoco podés creer.

Hay una cantidad de padres y madres a los que parece gustar pegarles a sus hijos e hijas que no se puede entender, que angustia mucho. Es muy fuerte.

No se entiende por qué las personas tienen hijos. Es absurdo que sea algo tan automático. Tan poco puesto en duda si una pareja quiere tener un hijo o no. Por lo general, y estoy hablando de la mayoría, no se lo preguntan ni un poco. O es obvio o les cae por toda la represión insoportable que hay, la desinformación, el miedo, el vacío.
La cantidad de golpes y fastidios que vi en estos días de barco, no lo puedo creer.

También en el barco y al llegar estuve pensando en todo lo que quería escribir, y no me resulta tan fácil, se me llena la cabeza de cosas y no es tan fácil ordenarse un poco y empezar a sacarlas o aún sin ordenarse no es fácil arrancar cuando a uno lo espera algo en blanco, no se. Me estuvo angustiando un poco eso hasta que empecé esto, y algunas otras cosas también, que pondré acá también y que me hicieron muy bien.
Y estuve pensando en como va cambiando mi relación con la escritura, como cambió. Pero como también vuelvo por momentos a un estado anterior, en el que no puedo. No puedo. No puedo.
Por suerte ahora se destrabó un poco.


Rio madeira
Todo rio
En él lleva ese marrón que guarda historias.

Historias de cerca y lejos. Pero no muy lejos.

Ahora lleva en su seno y con su sieno a este par que al parecer se parece.
                        que hace un tiempo dice: no, casi hermanos.

        en realidad para ser más preciso: não, quasi irmãos.

Viaja este par. viaja hace mucho. viaja junto. contento. un poco incómodo por momentos pero disfrutando mucho.
                                          aprendiendo

Y es imposible de expresar, me parece. Cuánto.
Hay cantidades imposibles de contar. de transimitir.

                               Y sigue mientras, el madiera, llevándonos. en este barco que se llama dois irmãos y que viajando por la amazonia nos llevará hasta manaos. Hasta el Amazonas.



Hubo una canción que conocía pero al escuchar una nueva versión me transportó, inmediatamente la escuché como cinco veces y no me cansa. Me encanta. Que la disfruten.



19/01/10
Ahora ya estamos en Belém. Después de un viaje más largo que el anterior, también muy intenso. Muy lindo.

Estoy muy contento de haber viajado tanto en barco. Me gusta mucho mucho y aparte a mi abuelo también le encantaba. Era la forma de viajar que más le gustaba. Y me gusta encontrarme ahí.


Una ventana muestra,
muestra sólo una parte,
parte que es parte
pero sola adquiere
se engrandece y engrandece


Un barco aloja
y encierra.
Permite y limita.
Algunos fican doidos, no se mueven.
Otros no pueden quedarse quietos


Hay árboles locos.
    árvores
Árboles que quieren navegar
y navegan, enteritos.
Esa era la vida que querían.
Meditaron durante mucho tiempo.
                 Y se animaron

3 comentarios:

  1. Cuanta hermosa escritura que tenias guardada, Lechu. Disfruto mucho de leerte, te imagino, tus caras, tus expresiones, aparecen en cada letra. Hermoso.
    ¿Será casualidad que viajaron en el barco "dois irmaus"? JAJAJAJA
    Bienvenidos al mar, ya falta poco. Ya nos vemos, allá en Bahia!!!! Espero ese abrazo. Cuasi filho.

    ResponderEliminar
  2. ¡¡Qué linda sorpresa!! y ¡¡Qué alegría reconocerte en esta escritura!! Que siga el disfrute en esos viajes en barco(más allá del volumen de la música)...Desde aquí, seguimos acompañando. Un beso inmenso de parte de toda la familia. Paola

    ResponderEliminar
  3. Ydesde la tierra santa, viajando yo tambien por dentro y por fuera, que loco, te acompanio, te arrullo y me arrullo, te abrazo y te disfruto, los abrazo a los dos y los disfruto, gracias por llevarnos con ustedes por esos verdes. suerte en lo que se viene. bello, muy bello lo que escribiste, como siempre, Lean, intenso.
    SilviaP.

    ResponderEliminar