miércoles, 28 de octubre de 2009

Llegó lo prometido

El jueves pasado se nos acercó un chaboncito llamado Rando, que se nos puso a hablar durante mucho tiempo sin parar y nos quería llevar a tocar a todos los boliches de Potosí. Sin escucharnos. Recorrimos un par de bares con él, e hizo arreglos medio extraños. Como para tocar en tres lugares distintos en una misma noche (la siguiente) y hacerlo no solos, sino con dos neocelandeces que levantamos en el camino, uno de ellos trombonista, el otro pianista, pero con melódica. Veníamos caminando con Rando por la calle y viene un extraño a saludarme. Yo no entendía nada. Hasta que me dice, yo también toco el trombón, ya estábamos casi abrazándonos.
En origen la cita era a las 9 en un boliche donde tocaba otra banda, de la cual él dijo que le debían un par de favores, por lo que no iba a haber problema para que toquemos unos temas en el medio y publicitemos nuestro show posterior, y del día siguiente.
Obviamente, no llegó. Pero nos pusimos hablar con los pibes de la banda y su manager (de dudosas buenas intenciones) dijeron básicamente que Rando era un versero y que les venía prometiendo cosas hace mucho que nunca hacía. Se coparon a pleno para que toquemos en el intervalo. Quedamos en hacer dos temas nosotros, dos los neocelandeces, y dos todos juntos (con la banda también). Decidimos Lechu y yo que esos temas fueran Vamos Fugir (de Gilberto) y Alzira e a torre (Lenine).


La banda tocó toda una tanda de como 40 min, en ese tiempo nos íbamos conociendo con nuestros nuevos amigos y nos enteramos que la banda iba a tocar tres tandas y nosotros aparecíamos en el segundo intervalo. O sea, faltaba un montón. Antes de entrar ya estábamos como para irnos a dormir pero le metimos mucho huevo y llegamos despiertos hasta el momento esperado.


Arrancamos nosotros con un tanguito y una bossa, siguieron Jimmy y Mike con un par de reagges muy buenos y ahí se vino la fiesta. Nos prendimos fuego! Yo con la eléctrica, Lechu cantando, y además trombón, trompeta, bajo (el nachito boliviano), batería , y teclado. Como locos!
Muy desprolijo, pero muy lindo. Incendiados, la gente a pleno.

Parecía como si siempre hiciéramos eso, fue muy groso, muy divertido y la pasamos muy bien.
Y luego nos volvimos a seguir tomando birra, mientras la banda (de reagge, bastante buena) estaba por volver a empezar.
La polémica vino entonces: nos querían cobrar la entrada del show, que se cobra en la mesa!
Pará loco, media pila. Hablamos con los pibes de la banda, nos dicen que hablemos con el manager. El manager (un muerto) nos dice que era el tema con la dueña del bar. Así, arrancan a pasarse la pelota unos a otros. Nos dicen que después lo hablan y nos dicen.
Cuando termina el show (que, arengando como locos con baile, trencito incluido, hicimos fiesta, con el Chule, Jimmy y Mike) nos traen la cuenta. Y nos cobraban la entrada! Jimmy agarró el papel, tachó esa parte, y puso la cuenta con la resta.
Nosotros teníamos el problema que con la dueña del bar estábamos armando otras movidas, y no nos convenía pelearnos. Igual fuimos a hablar de vuelta con Micky, el manager, y nos terminamos casi cagando a puteadas. Yo estaba un poco como loco, aparte me indignaba mucho que le dijeran Micky al chabón, le quería decir: MIGUEL!!! PONETE LAS PILAS!!!! NO VINIMOS A VER A LA BANDA!!! SI NO TOCÁBAMOS NO ENTRÁBAMOS!!! Pagamos, porque de úiltima la guita es lo de menos, y nos vamos. En la puerta me quedo cinco minutos, hasta que aparece Jimmy que le habían devuelto la plata de las entradas.
Como sea, muy bizarro. Pero muy grosa la tocada: y yo con la eléctrica!



La reflexión fue: esto es música.

El encuentro con Jimmy y Mike fue lo más.

Ya vendrá más sobre ellos.



Referencias: Mar

Lechu

Por si no se entendió.

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